martes, 29 de enero de 2013

5 SITUACIONES DE LAS QUE SE ARREPIENTEN QUIENES ESTÁN A PUNTO DE MORIR

Una enfermera que por años ha cuidado a los pacientes desahuciados ha recopilado en un libro los 5 remordimientos más comunes de quienes se saben que están viviendo sus últimos días.


Bronnie Ware es una enfermera de Australia que lleva años cuidando a los pacientes desahuciados en sus últimas 12 semanas de vida. Con todas las experiencias, recuerdos y remordimientos que los pacientes le han relatado, compiló un libro, The Top Five Regrets of the Dying, donde recopila precisamente los 5 arrepentimientos de quienes se saben en sus días finales.
Hasta hoy no se ha topado con alguien que le diga que su mayor arrepentimiento sea no haberse tirado del bungee, ni haber tenido más sexo. Ware relata de esa sabiduría, lucidez y claridad que uno gana con la edad, cuando uno se enfrenta a los últimos momentos de vidas. Ware quisiera que aprendiéramos de las palabras de estas personas, pues por algo todas han coincidido en los mismos puntos.
1. Quisiera haber tenido el valor de vivir para mí, no para las expectativas que otros tenían de mí.
“Este es el remordimiento más común de todos. Cuando uno se da cuenta que su vida está a punto de terminarse y miran en retrospectiva, es fácil darse cuenta cuántos sueños se han pasado sin realizar. Muchas personas saben que no han honrado ni la mitad de sus sueños, y saben que se debe a las decisiones que tomaron o dejaron de tomar.”
2. Desearía no haber trabajado tanto
“Este deseo vino de cada paciente masculino que he cuidado. Se perdieron la infancia de sus hijos y la compañía de sus parejas.”
“Las mujeres también hablaban de este aspecto, pero como muchas de ellas fueron parte de generaciones anteriores, muchas no eran las proveedoras de la casa”
3. Desearía haber tenido el valor de expresar mis sentimientos
“Muchos contenían sus sentimientos enfrente de otras personas. Como resultado, se conformaron con una existencia mediocre en la que no pudieron convertirse en quienes eran realmente. Muchos desarrollaron enfermedades relacionadas a la amargura y al resentimiento que cargaron por años”.
4. Quisiera haber permanecido en contacto con mis amigos
“Muchas personas se sumergieron tanto en sus propios trabajos y vidas que dejaron escapar a esas amistades doradas. Hay demasiados arrepentimientos relacionados a no dar a los amigos el tiempo y esfuerzo que merecían”.
“Todos extrañan a sus amigos cuando se están muriendo”. 
5. Me gustaría haberme dejado ser más feliz
“Muchos se percatan hasta el final que la felicidad es una decisión. Se quedaron viviendo en viejos hábitos y patrones, en la comodidad y la familiaridad, en un miedo al cambio, en fingir ante otros y ante sí mismo que estaban contentos cuando, muy en su interior, añoraban reír a todo volumen y volver a tener ingenuidad y puerilidad en sus vidas”.
fuente: bbcmundo

domingo, 20 de enero de 2013

Niño relata su viaje al cielo y su encuentro con Dios durante una operación de peritonitis


Cualquiera que vive con un hijo de cuatro años sabe que los niños llaman a las cosas por su nombre sin importarles si su sinceridad puede meterles en un gran lío o dar un vuelco fundamental a sus vidas. Algo así es lo que le ha pasado a este niño de Nebraska, Colton Burpo, cuya increíble historia se ha convertido en número uno en ventas según «The New York Times».
Colton tiene ahora trece años. Es un niño formal, muy serio y algo tímido. Sus padres aseguran que llevan la vida de «una familia normal» a pesar de los viajes que supone ser los autores de un libro publicado en 27 países y que lleva vendidos más de nueve millones de ejemplares en todo el mundo. La historia que allí se cuenta bien lo vale, aunque sea solo por su sugerente título: «El cielo es real».
En marzo de 2003, cuando Colton tenía apenas cuatro años, enfermó de peritonitis. La infección llegó a ser de tal magnitud que los médicos temieron por su vida. Mientras le operaban de urgencia en el Centro Médico Regional Great Plains en North Platte, este niño vio cómo su alma se desprendía de su cuerpo, y pudo ver el cielo. Allí se encontró con su hermana que no había llegado a nacer, con su bisabuelo Pop, fallecido hacía más de treinta años en un accidente de tráfico y también con Jesús, San Juan el Bautista y María.
Durante meses y años, Colton fue contando en cuentagotas aquella extraordinaria experiencia a sus padres; siempre con grandes dosis de naturalidad y, como cualquier niño, sin ningún tipo de prejuicio. «Papá, Jesús usó al doctor OŽHolleran para que le ayudara a repararme. Jesús además me dijo que debía ser bueno».
El cielo, según Colton
Al principio su padre -pastor protestante de la Iglesia Crossroads Wesleyan- pensó que los catequistas de la parroquia lo estaban haciendo fenomenal. Sin embargo, el niño no paraba de contar y describir situaciones que era imposible que hubiera podido presenciar. «Colton no sabía, por ejemplo, que su madre había sufrido un aborto espontáneo a los dos meses de su primer embarazo», explica Todd.

El cielo, según Colton, está lleno de ángeles y de un gran arco iris, además de muchos animales. Jesús está sentado a la derecha de Dios -tal como reza la Biblia- y no tiene alas. «Es una sensación de inmensa paz», recuerda todavía a sus trece años.
Pese a todo pronóstico, ser testigo del cielo no le ha cambiado la vida a este estudiante de Secundaria, amante de la música. «Cuando me ocurrió aquello era demasiado joven, no había mucho que cambiar», comenta. Lo que nunca llegó a calibrar fue las consecuencias de su sinceridad, convertida hoy en un best seller. «El libro sí me ha cambiado porque ahora tengo que viajar».
Abrumado por la polémica que ha generado la publicación, Colton se resiste a dejar de ser un simple niño. «No soy especial, otros también han vivido lo que yo he vivido. Dios simplemente quiere que comparta con los demás que el cielo existe». Y por eso el libro lleva ese título.
Además de poner la historia por escrito, los Burpo decidieron compartir su experiencia con otra gente que ha pasado por la misma situación en Estados Unidos. «Hemos vivido momentos memorables que refuezan nuestra creencia en lo que Dios nos estaba enseñando sobre el cielo. Sabemos ciertamente que Jesús hará por cada uno de nosotros lo que hizo por Colton. Nos llevará al cielo a encontrarnos con nuestros seres queridos. Eso nos trae mucha paz».


¿Sabes qué es un Stalker?

El acoso físico, acecho o stalking en inglés, es una forma de acoso que consiste en la persecución ininterrumpida e intrusiva a un sujeto con el que se pretende iniciar o restablecer un contacto personal contra su voluntad. Stalking es una voz anglosajona que significa acechar, perseguir y que puede traducirse por acecho o persecución. El término se usa en el ámbito de la sociología, psicología, el derecho y las Ciencias Exactas.






En muchos casos los Stalkers persiguen solamente por diversión, maldad o por algún propósito en si, por ejemplo, que le guste demasiado esa persona sabiendo que no va a poder llegar a ella.


Tipos de Stalkers

Los Psicólogos suelen agrupar a estos individuos en dos categorías: psicóticos y no psicóticos. Muchos de los stalkers tienen algún tipo de desorden psicológico, como por ejemplo esquizofrenia.

Los stalkers persiguen a sus víctimas influenciados por varios factores psicológicos, incluyendo el enojo y la hostilidad, culpa, obsesión, celos, etc.

• Stalkers rechazados: Persiguen a sus víctimas con intenciones de vengarse, buscar perdón, unirse de nuevo después de un rechazo. (Divorcio, cortar relación amorosa, etc).

• Stalkers resentidos: Persiguen a la víctima por algo en contra de ella – motivados principalmente por el deseo de asustar y afligir a la víctima.

• Los que desean tener intimidad con alguien: Buscan establecer una relación íntima y amorosa con su víctima. Para ellos, la persona afectada, es el alma gemela que estuvieron buscando durante toda su vida y que nacieron para estar juntos.

• Pretendiente ineficaz: A pesar de su poca capacidad de relacionarse con las personas, tienen una obsesión, o en algunos casos, creen que tienen derecho a establecer una relación íntima con cualquier persona que comparta sus mismos gustos e intereses. Por lo general la víctima que escogen frecuenta una relación estable con otra persona.

• Stalkers depredadores: Espían a sus víctimas y buscan el momento adecuado para atacarla, por lo general, sexualmente.


Como detectar un Stalker

Reconocer a alguien como Stalker es complicado. No se ven como monstruos. Muchos pueden lucir encantadores, lindos y hasta parecer normales, mientras que otros se ven raros, anti sociales y son fáciles de diferenciar entre las demás personas.

Hay una gran variedad de características psicológicas que hay que tener en cuenta a la hora de reconocer un stalker: el humor, ansiedad, desordenes mentales por el abuso de psicofármacos, bajo autoestima, inseguridad social, narcisismo, muchos celos, morbosidad.


Como saber si estoy siendo víctima de un Stalker

• Constantes llamadas telefónicas, aunque se le haya dicho al sujeto que no tome contacto con usted de ninguna manera.

• El sujeto merodea cerca del lugar donde trabaja/estudia/vive.

• Amenazas.

• Comportamiento manipulador. Por ejemplo, el sujeto amenaza con suicidarse de manera que tomes contacto con él para evitarlo.

• Mensajes escritos: Mensajes de texto, cartas, emails, etc.

• Regalos enviados por el sujeto, que aparentan desde lo romántico (Flores, dulces, etc) a lo bizarro (Dientes de perros, plumas ensangrentadas, etc).

• Difamación: El sujeto suele mentir a sus contactos a cerca de la víctima.

IMPORTANTE: El contenido de esta nota es informativo y no suple el diagnóstico médico, por lo que no nos hacemos responsables sobre su uso. Recuerda siempre consultar con un especialista.


fuente: cultivando

viernes, 18 de enero de 2013

10 errores más comunes de los padres al hacer los deberes con los hijos


Más allá del debate sobre si los alumnos tienen que hacer o no deberes en casa, lo cierto es que realizar las tareas escolares fuera del horario lectivo es un pilar del sistema educativo en España. Muchos defienden que los deberes refuerzan los aprendizajes de clase, que ayudan a crear hábitos de trabajo, superación y disciplina y que refuerzan la concentración y la memoria. Es una labor y una responsabilidad de los hijos, pero los padres también cumplen un papel: el de vigilar, apoyar y seguir que los chicos cumplan las tareas y resolver sus dudas, pero nunca, nunca hacerles los deberes.
Los deberes son una responsabilidad asumida por muchas familias. El 80% de los alumnos en Primaria recibe ayuda de sus padres para hacer las tareas escolares y el 45% de los estudiantes en Secundaria, según una encuesta elaborada por TNS Demoscopia. Pero, sin duda, ayudar a los hijos a realizar los deberes puede ser motivo de tensión y conflicto en casa, incluso puede suponer una gran carga, sobre todo, para muchos padres que trabajan y les falta tiempo de dedicación a los hijos.
Para llevar bien esta gran responsabilidad, es conveniente conocer cuáles son los errores más comunes que cometen los padres a la hora de realizar los deberes con sus hijos y cómo solventarlos. Carmen Guaita, profesora y vicepresidenta del sindicato de profesores ANPE, explica los fallos más habituales y ofrece las claves para realizar con éxito estas tareas:
1. Hacer los deberes en cualquier sitio, en la cocina mientras se prepara la cena; en el cuarto de estar mientras otros ven la tele…
En su lugar: Procurar que el «momento deberes» sea importante para la familia: en un lugar fijo, es mejor si es su propio rincón de estudio. Si no se dispone de él, en un ambiente de silencio y trabajo general en la casa, sin distracciones, sin tele... «Debemos demostrar que nos los tomamos en serio —dice Guaita—. Si mientras los chicos trabajan, papá o mamá leen o también trabajan estaremos mandando un buen mensaje».
2. Protestar como adultos sobre la cantidad o calidad de los deberes.
En su lugar: Aceptarla realidad. «Los deberes son los que son y los que tocan. Si vemos que sobrepasan a nuestro hijo, debemos acudir al centro educativo para notificarlo, pero en casa se debe respetar todo lo posible la decisión del profesor. Estamos preparándoles para la vida, y en la vida habrá mucho trabajo y esfuerzo», afirma la profesora.
3. Hacerlos nosotros.
En su lugar: Realizar las tareas escolares de los hijos ni aumenta su capacidad de trabajo ni su disciplina, ni les hace aprender nada nuevo. «El sentido común, la gran herramienta que todos los padres tenemos aunque a veces no le hagamos caso, ya nos lo está diciendo».
4. Entender los deberes solo como nuevos aprendizajes de conocimientos.
En su lugar: Los deberes escolares son refuerzos para el aprendizaje y, sobre todo, una ocasión para aprender a trabajar de manera autónoma. Los padres pueden explicarles las dudas, pero mucho más razonable es ayudarles a encontrar la respuesta que buscan: en sus propios libros de texto, en internet…
5. Convertir los deberes en el «momento regañina» de cada día.
En su lugar: Convertir el tiempo de hacer deberes en un tiempo de paz y tranquilidad. Si el alumno tiene dificultades, puede y debe consultarlas con sus profesores al día siguiente. Es muy perjudicial crear en casa ansiedad ante lo relacionado con la escuela.
6. No tomar en serio su necesidad de presencia y apoyo.
En su lugar: Soltar el smartphone y estar disponibles para ellos, mirándoles y escuchándoles cuando así lo requieran.
7. Imponer un control absoluto.
En su lugar: «Si quieren que les tomemos la lección, debemos hacerlo. Si les ponemos nerviosos o ellos nos ponen a nosotros, es mejor confiar en su responsabilidad. Y decirles en voz alta que confiamos en ella», dice Guaita.
8. Evitar el diálogo con los profesores.
En su lugar: Potenciar el diálogo y la colaboración con los profesores y consultarles si hace falta alguna ayuda suplementaria.
9. Permitir que afronten las tareas escolares agotados ya de tareas extraescolares.
En su lugar: Las actividades extraescolares son necesarias pero no pueden ser obsesivas. Los alumnos pueden tener demasiadas modalidades: deporte, idiomas, música, ajedrez… todo a la vez. Es mejor adecuarlas a la personalidad e intereses del hijo y permitir tardes en las que solo haya que jugar en casa y estudiar.
10. Ser anárquicos.
En su lugar: Los deberes son, sobre todo, un aprendizaje del trabajo autónomo y la autodisciplina. Para Guaita, «les ayudamos si les animamos a establecer un tiempo mínimo y máximo, siempre a la misma hora, en el mismo sitio, siempre con el móvil apagado. Todo tiene su momento es un gran aprendizaje para un niño pero son sus padres quienes deben mostrárselo. También con el ejemplo».
Cómo organizar el tiempo de los deberes
A cada edad su tiempo. Con 15 minutos es suficiente para que los más pequeños lean o ejerciten cálculos matemáticos. De 6 a 8 años: entre 30 y 40 minutos. De 8 a 10 años: una hora. A partir de esa edad: entre 60 y 90 minutos. En Bachillerato: entre dos y tres horas.
Establecer una hora de comienzo y otra de finalización.
Hacer una pausa de entre dos y diez minutos cada hora de estudio.
No empezar por la asignatura más difícil. Pasados 30 minutos es cuando los niños alcanzan su máximo rendimiento. A la hora y media, el rendimiento disminuye. Deben afrontar las asignaturas más fáciles.
A partir de los 6 años ya son autónomos para empezar a hacer los deberes solos.
Fuente: ABC.es

viernes, 4 de enero de 2013

Niños vacunados padecen un 500% más enfermedades que los niños no vacunado


Se confirmaron las sospechas de aquellos que no confían en la vacunación infantil. Un reciente y amplio estudio corroboró de manera indiscutible investigaciones científicas independientes realizadas con anterioridad, las cuales comparan a los niños no vacunados con los niños vacunados. Todos los hallazgos y pruebas certificadas evidencian que los niños vacunados tienen de dos a cinco veces más enfermedades, padecimientos y alergias, que los niños no vacunados.
Originalmente, el estudio (aún en curso), comparó a los niños no vacunados con los que si lo fueron y cuyo historial medico fue expuesto por una encuesta de Salud Nacional Alemana dirigida por KiGGS. Las cifras se obtuvieron por contraposición y los niños-adolescentes dentro del balance gubernamental ascienden a 17.000. siendo el rango de edad hasta los 19 años.
La investigación continúa en América
Sin embargo, la relación entre Estados Unidos y el estudio de Bachmair puede verificarse en el sitio web VaccineInjury.info que añadió un enlace para que más padres de niños vacunados participen en la encuesta. Hasta ahora, la investigación reúne a más de 11.000 encuestados, y aunque la mayoría de los participantes pertenecen a EE.UU. otros estudios han corroborado la misma información en comunidades foráneas.
Desinformación masiva
Pese los resultados similares y la constatación científica, esta revelación no fue tomada en cuenta por los medios de comunicación masivos MSM (mainstream media en inglés). Ninguno de estos estudios fue financiado por los CDC (Centers for Disease Control and Prevention), ni por la Organización Mundial de la Salud, ni tampoco por ninguna organización nacional (EE.UU.) ni internacional de Salud o agencias profesionales de cuidados médicos (http://healthimpactnews.com).
Las entidades estrechamente relacionadas a la industria farmacéutica operan con ánimos de lucro y no quieren, bajo ninguna circunstancia, comparar la salud de los niños no vacunados con la de los no vacunados, ni tampoco estudiar el caso de manera objetiva, por el riesgo de perder su “caballo de batalla” comercial, la “vacunamanía” (manía por la vacunación). En este marco cabe señalar que el enfoque de la mayoría de los estudios apunta, principalmente, a las enfermedades infantiles que se producen mientras los pacientes maduran. Una vacuna dañina en etapa de crecimiento, y sus efectos adversos, representan clientes de por vida para los laboratorios y sus nuevos fármacos pero además, responden a políticas de despoblación.
Un diseño para obstaculizar la verdad
Es preciso recordar que solo el 5%, o menos, de las lesiones dramáticas, debilitantes o mortales, producto de las inoculaciones, son reportadas al VAERS (Vaccine Adverse Injury Reporting System) por las siguientes razones:

* Es un sistema complicado que requiere tiempo incluso para los médicos.
* La mayoría de los padres no saben que el VAERS existe.
* Por lo general, sólo se toman en consideración reacciones adversas que ocurren inmediatamente después de la vacunación.
* Aunque el VAERS es voluntario, la mayoría de los doctores no quieren auto-incriminarse por daños relacionados a una vacuna que ellos mismos recomendaron, y prefieren la postura amoral de negar una relación entre los efectos secundarios y las vacunas.
En consecuencia, incluso las más adversas reacciones adversas pasan desapercibidas, mientras los efectos secundarios producidos por las vacunas ni siquiera se consideran.
Diferentes encuestas
Las enfermedades infantiles usualmente listadas en encuestas independientes incluyen: Asma, Amigdalitis Recurrente, Bronquitis Crónica, Sinusitis, alergias, eczemas, infecciones del oído, Diabetes, trastornos del sueño, Enuresis Nocturna, Dislexia, Migraña, hiperactividad, TDA, Epilepsia, depresión, desarrollo más lento en el aprendizaje del lenguaje, trastornos de habilidades motoras.
En 1992, un grupo Neozelandés llamado Sociedad de Concientización sobre la Inmunización (NIC o IAS en ingles) encuestó a 245 familias con un total de 495 niños. Los niños fueron divididos en 226 vacunados y 269 no vacunados. Ochenta y un familias tenían tanto niños vacunados como no vacunados.
La diferencia fue dramática, mostrando una incidencia mucho menor de enfermedades comunes infantiles en niños no vacunados – Estudio.
En otra encuesta realizada en la Isla Sur de Nueva Zelanda, ciudad de Christchurch, llevada a cabo entre niños nacidos durante o después de 1977, ninguno de los niños no vacunados tuvo eventos de asma mientras que casi el 25% de los niños vacunados fueron tratados por asma a la edad de 10 años.
Muchos comentarios de padres preocupados en la encuesta, aún vigente, de Bachmair, en VaccineInjury.info, mencionan el peligro de la vacunación y su influencia negativa en el desarrollo inmunitario natural (http://www.vaccineinjury.info).
Una inmunóloga doctorada que escribió el libro “La ilusión de la Vacuna” (Vaccine Illusion), la Dra. Tetyana Obukhanych, fue contra del dogma de su formación médica y su trasfondo, afirmando que la inmunidad real a cualquier enfermedad no es conferida por las vacunas, sino por la exposición o no a la enfermedad (Informe).
Quizás la encuesta más informal, también vigente, es la llevada adelante por Tim O’Shea, DC, autor de: “Vacunación no es Inmunización” (Vaccination is Not Immunization).
Tim simplemente expone e-mails de padres que no vacunaron a sus hijos y que los comparan con los niños de sus amigos y otras familias que si lo hicieron. Hay más información disponible en su sitio web (http://www.thedoctorwithin.com).